En esencia
No esperes luces de amaneceres,
destellan en horas etéreas.
No busques ternura en besos,
ignoran tu alma hambrienta.
No implores con la mirada,
nadie atiende tu silencio.
No juegues a soñar despierto
en un mundo vil y pérfido.
Todo cuanto tú buscas,
lo hallarás sin esfuerzo.
Cristalizará un día en colores
y alegrará tu senda.
Sólo tendrá un nombre:
¡Amor en verdadera esencia!
Granada, 21 de febrero de 2002
Revista Air