A Eladio Algarra, embajador de la poesía melillense en Cádiz
Juan J. Aranda
Eladio en sus versos suele contar los dolores, y las alegrías rotundas, arriesgando las palabras por caminos libres, deslumbrando igual que una libélula en su vuelo alrededor de una fuente. En su aparente seriedad, se vislumbran en su interior láminas de luz vaporosas que penden de su alma sentimental de poeta. Él va sin prisas por las callejas de su viejo, y heroico, Rusadir, donde vino a la vida; palpando las centenarias piedras de sus murallas, sin ruidos, con su letra redondilla, limpia y precisa, como antaño, de maestro, en la pizarra impartía, buscando siempre la polifonía azul que irradia nuestra Melilla. A este amable poeta le gusta asomarse al Bonete, y divisar el horizonte de bruma y plata, por donde se pierde el barco rumbo a esta otra orilla peninsular. También cualquiera puede verlo ensimismado, sentado en un banco del Parque Hernández, creyendo que observa a todo el que pasa, cuando realmente él solo está viendo sus corazones. A las flores de los parterres de ese parque, dice que las observa, porque le parece que todos sus esfuerzos lo emplean en su olor, en vez de crecer. Una vez me dijo que si te paras a pensar en el silencio de los árboles cantores del Cementerio, éstos suelen llamar con sus ramas eólicas, a los que en la tierra reposan. Y que verdad llevas, mi querido poeta. Eres el manantial de poemas, donde los amantes de la rapsodia acostumbramos a abrevar con glotonería.
Si las autoridades de la Ciudad se han acordado de ofrecerte el homenaje, del que eres tan merecedor, desde estas páginas yo me sumo a ello, y lo celebro de todo corazón.
De nuestro admirado Antonio Machado, al maestro Rubén Darío, recuerda estos versos que yo los leo para ti: "Este noble poeta, que ha escuchado/ los ecos de la tarde y los violines/ del otoño de Verlaine, y que ha cortado/ las rosas de Ronsad en los jardines/ de Francia, hoy, peregrino/ de un Ultramar de sol, nos trae el oro/ de su verbo divino/ (…)".
Felicidades mi querido poeta, golondrina de mar y tierra, azul y blanca, Don Eladio Algarra. Desde Málaga, tu amigo: Juan J. Aranda.